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Monday, May 5, 2014

Claims


I recently came across the claim, quoted without objection by one scholar from another, that Borges rarely used adjectives. I somehow knew that couldn't be right. Here's the opening of a story. I've bolded the adjectives, just mainly the descriptive ones, not demonstratives:

Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo. Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de esas manos un mate, con las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre. Recuerdo claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo, sin los silbidos italianos de ahora. Más de tres veces no lo vi; la última, en 1887... Me parece muy feliz el proyecto de que todos aquellos que lo trataron escriban sobre él; mi testimonio será acaso el más breve y sin duda el más pobre, pero no el menos imparcial del volumen que editarán ustedes. Mi deplorable condición de argentino me impedirá incurrir en el ditirambo —género obligatorio en el Uruguay, cuando el tema es un uruguayo. Literato, cajetilla, porteño: Funes no dijo esas injuriosas palabras, pero de un modo suficiente me consta que yo representaba para él esas desventuras. Pedro Leandro Ipuche ha escrito que Funes era un precursor de los superhombres; “Un Zarathustra cimarrón y vernáculo”; no lo discuto, pero no hay que olvidar que era también un compadrito de Fray Bentos, con ciertas incurables limitaciones.

So close to 30 in a single paragraph of 250 words, or more than 10 percent of the words. That's about how many verbs there are too, but the verbs are not as varied. I chose this at random. I just thought of a story I knew and googled it, and took the first paragraph as my sample.

So what's going on here? I think people think that good writing does not use many adjectives, or uses them very sparingly. So people don't bother to check whether that is actually true. The claim sounds plausible if you don't think about it for more than 2 seconds.

Borges also moves them around, using them before the noun once in a while, or in the ASA construction, like vago paisaje lacustre. (ANA).

5 comments:

Andrew Shields said...

As any regular Language Log reader knows, numerical claims about frequency are often based on ... no actual counting whatsoever.

Thomas said...

I read someone who said Borges' "neo-fabulist novels" are to contemporary manners what Balzac was to the manners of the nineteenth century. So I guess it could be worse.

Vance Maverick said...

El hombre que desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino. Su abuelo materno había sido aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea, que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado por indios de Catriel: en la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de la sangre germánica) eligió el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica. Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso. A costa de algunas privaciones, Dahlmann había logrado salvar el casco de una estancia en el Sur, que fue de los Flores: una de las costumbres de su memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí. Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura. En los últimos días de febrero de 1939, algo le aconteció.

I count 20 of 237 (not including "Buenos"), or distinctly less than 10%, but still with a certain luxuriance. The style of his opening paragraphs is of course not necessarily the same as his style on the whole.

Jonathan said...

You left out germánica, but your point stands. I would say that more sentences have adjectives than not, so it is still inaccurate to say that he seldom or rarely uses them. This is another iconic story, "El sur."

Vance Maverick said...

Whoops, you're right. So not meaningfully distinct from the other example. And in this "realistic" story, as opposed to the fantastical Funes, the character of the prose is similar, and rather ornate. Parallels could be drawn to Lampedusa's style, also a lapidary postwar distillate of a traditional grandiloquence.